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INVERTIR EN JÓVENES PARA UNA PAZ ESTABLE

Después de la apertura se realizó un conversatorio. Lo moderaba una persona de la Conversación Más Grande del Mundo y participaron Ariel Ávila, María Alejandra Mahecha (joven de Mesa Nal de Víctimas), Fabián del Observatorio de Niñez y Juventud de la Nacional, Liliana Silva, socióloga que ha investigado temas de conflicto armado y juventud y un representante del DNP.

En el espacio María Alejandra expresó lo difícil que es ser tenidos en cuenta para los jóvenes en espacios de participación con adultos. Su concepto de paz es confianza entre unos y otros y con las instituciones. Y su concepto de democracia es la posibilidad de elegir. Cuando ella comentó las dificultades que había enfrentado por ser joven en los escenarios de participación espontáneamente  jóvenes presentes empezaron a aplaudir y a decir “eso”.

Después empezaron a intervenir las demás personas invitadas al espacio de conversación, quienes en general se hablaron sobre que no es sólo importante invertir en juventud, sino cómo se hace y si se toman en cuenta las aspiraciones de los jóvenes en los distintos territorios. Llegaron al punto de la educación como algo clave y fundamental para el desarrollo, la realización personal y la superación de situaciones de exclusión.

María Alejandra propuso que se democratizara más la educación, haciendo más flexibles los requisitos para “ser pilo paga” y para que las personas que estudian en zonas rurales o apartadas que no tienen muchas opciones también sean tomadas en cuenta. También dijo que era necesario invertir en otras opciones que permitieran hacer que jóvenes cumplieran sus sueños. Otra propuesta fue que más universidades siguieran el ejemplo de la UNal que da el formulario de ingreso gratis para personas vulnerables.

Ariel Ávila planteó que hay varios retos con respecto a jóvenes y paz.  En cuanto a la importancia de los acuerdos de Gobierno y Farc, ve que jóvenes y universidades no están proponiendo cosas nuevas ni la minucia de lo que no está en estos acuerdos, aunque es una oportunidad para la democracia. Manifestó que sólo quedaban 6 meses para poder posicionar muchas cosas desde la sociedad civil y pareciera que para muchos no son tan importantes los acuerdos. Con respecto al riesgo de no invertir en juventud, señaló que hay una relación directa entre jóvenes y organizaciones criminales, y que a pesar de todo lo que se ha invertido en Medellín para jóvenes, son éstos los que conforman y dirigen las organizaciones más peligrosas en 2 comunas, por ello no sólo es necesario invertir, sino encontrar la forma de ofrecer algo que pueda responder a las ambiciones de logro que tienen estos jóvenes pero desde la legalidad. Finalmente, hizo énfasis en la necesidad de dar alternativas viables de trabajo desde la legalidad.

Desde el DNP se hablaba de los programas ya existentes, los indicadores, y de que varias inversiones que podrían beneficiar a los jóvenes no se hacía directamente en ellos, sino en mejoras a la educación, la salud, el emprendimiento.

Fabián mencionó que había que dejar la guerra contra los jóvenes por parte de los adultos. Manifestó que continúa la estigmatización y criminalización de jóvenes sólo por serlo.

El evento cumplió con el objetivo de presentar el informe del estudio que no sólo se hizo en Colombia sino en otros países y también en posicionar la importancia de seguir invirtiendo en jóvenes del país. Sin embargo, no hubo mucha participación de jóvenes en el conversatorio, ni información sobre el impacto de esa inversión, tampoco se mostró la inversión que se hacía en cada una de las regiones o departamentos.

El foro fue una provocación para preguntarse no sólo qué tanto se está invirtiendo en los jóvenes o cuál es el riesgo de dejar de hacerlo, sino ¿cómo se puede evaluar, verificar que esas inversiones están logrando que jóvenes de todo el país estén más cerca de tener una vida digna?¿Cuánta de esa inversión se está invirtiendo eficientemente?

 

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